Esta
historia comienza en la España de finales de los años veinte. Cuando el país
estaba sumido en la más profunda pobreza, donde conseguir alimentar a una
familia requería de unos esfuerzos inmensos, tanto económicos como laborales, y
en los que la política era muy inestable, ya que estaba en constante cambio.
En tan solo una década, España pasó por la
dictadura del general Miguel Primo de Rivera, que duró tan solo siete años (1923-1930),
también vivió una monarquía, que acabo con la abdicación de Alfonso Xlll en
1931 y la Segunda República española.
Mientras tanto, en Cantabria, una joven y
humilde pareja se esforzaba por tener una vida cómoda para ellos y su futura
familia, algo que en esa época y lugar era el sueño de cualquiera. Él se
llamaba Maximino, era un joven con estudios básicos que abandonó la escuela con
once años para ayudar en las labores de campo. Se ganaba la vida trabajando en
la fábrica y en sus ratos libres recopilaba su día a día en una vieja libreta azul
de la que se conserva algún texto.
En cambio, ella, Teresa, una chica con casi
menos estudios que Maximino era la encargada de las tareas de la casa: limpiar,
cocinar… Al contrario que muchas otras mujeres ella trabajó de cocinera para
una de las familias más adineradas de Santander en aquella época, los Quijano,
que casualmente eran dueños de la fábrica en la que trabajaba Maximino.
Esta pequeña coincidencia dio lugar a la
relación entre ambos, ya que los Quijano y sus sirvientes (incluida Teresa)
veraneaban en Barros, lugar en el que vivía y trabajaba Maximino.
Al poco tiempo de conocerse ya se habían casado y mudado a Los Corrales de Buelna. Se alojaban en una casa popularmente conocida como “La Casona” que era propiedad de la fábrica. En ella vivían los empleados de la fábrica y sus respectivas familias.
Al poco tiempo de conocerse ya se habían casado y mudado a Los Corrales de Buelna. Se alojaban en una casa popularmente conocida como “La Casona” que era propiedad de la fábrica. En ella vivían los empleados de la fábrica y sus respectivas familias.
Como curiosidad, a la boda, que se celebró en
Comillas, asistió el famoso poeta cántabro Jesús Cancio, que era conocido de la
familia de Teresa. Este les dedicó a los novios unos versos improvisados escritos
sobre una servilleta en el momento de los postres, la cual, por desgracia, se
perdió con el paso del tiempo, pero permanece en el recuerdo.
La ya mencionada “Casona” es recordada como
un lugar especial y acogedor. Estaba dividida en tres enormes plantas con un
tejado de cuatro aguas de color ocre. La vivienda estaba construida de madera
pintada de color gris claro, a este lo llamaban el color “oficial”, ya que
todos los edificios pertenecientes a la fábrica estaban pintados de este característico
color. Este edificio estaba “incrustado” en la propia fábrica, pasando casi a
formar parte de ella. Estaba llena de pequeños rincones y huecos, cada uno de
ellos alumbrado por una solitaria bombilla. La población que ocupaba “la
Casona” equivalía casi a un barrio entero, ya que era habitado por veinticuatro
familias. Los niños carecían de juguetes, así que se los tenían que fabricar
ellos mismos con pedazos de madera tallados con forma de carruajes que eran
unidos entre sí por finos alambres enroscados. Algunos se divertían leyendo los
pocos libros de los que disponían.
Otros se pasaban el día mirando a través de las
ventanas de la fachada sur donde se podía observar las tareas que realizaban
los empleados en tres turnos repartidos a lo largo del día.
En esas jornadas de trabajo se realizaban
laminaciones de grandes tochos de acero que sacaban de una especie de horno al
rojo vivo, después se pasaban por una máquina que, como ya he dicho, las
laminaba con unas cuchillas especiales.
Este proceso provocaba cientos de chispas y de polvo, por eso es
recordado con tanta precisión. Se asemejaba a un espectáculo de fuegos
artificiales.
A los pocos años de mudarse a La Casona,
Teresa se quedó embarazada del que sería el primero de sus cinco hijos. La
pareja afrontó el tiempo de embarazo con mucha ilusión y entusiasmo. Ni se
imaginaban que a los pocos años de nacer España caería en una devastadora guerra
civil, que dejaría al pueblo aislado del resto del país.
La
espera se les hizo eterna; tenían tantas ansias de que el bebe naciese, que a
las dos o tres semanas de anunciarse el embarazo ya habían acomodado la casa
entera y habían convertido un cuarto que servía de almacén en una habitación
infantil que contaba con una cuna, una mesita y un pequeño armario donde
guardaban la ropa y los juguetes, peluches… Habían hecho una gran inversión en
realizar esos cambios que en aquel entonces no estaban al alcance de
cualquiera.
El 18 de septiembre de 1934 comenzó como un
día cualquiera, Maximino salía temprano en bicicleta al trabajo mientras su
mujer limpiaba la casa y cuidaba de los
hijos de otras familias. Todo parecía normal hasta que Teresa comenzó a sentir contracciones
mucho más intensas y frecuentes que las que tenía normalmente. Avisaron
rápidamente a Maximino, que fue allí lo más rápido posible.
A las
pocas horas el bebé ya había nacido. Era un niño al que llamarían José Luis,
aunque todos lo conocerían como Pepe. Tenía una expresión dulce y tranquila, muchos
decían que se parecía a la de su padre. Su pelo era color castaño claro,
parecido al caramelo, y su tez era blanca.
Los siguientes meses fueron una tortura para la
pareja, les despertaba todas las noches, no podían dejar de prestarle atención
y eso que era un bebé muy tranquilo. Era una de las tareas más duras que habían
realizado, ser padres.
El tiempo se les pasó volando y sin darse
cuenta José Luis había cumplido dos años y ya hablaba, andaba y jugaba. Se
pasaba el día montado en un triciclo metálico de color rojo chillón que le
regaló su tío cuando hizo los dos años. Para él, ese triciclo era una cosa
increíble que cuidaba mucho (siempre se dijo que era un niño muy responsable y
maduro) y que le duró unos cuantos años.
Tan rápido se les pasó que Teresa se había
quedado embarazada de nuevo. Esta vez era una niña a la que llamarían como a su
madre. Esta nació en enero, 4 meses después del cumpleaños de su hermano. Si
José Luis era como su padre, Teresa era igualita que su madre, rubia, con ojos
claros y tez pálida.
A José Luis le daba mucha envidia porque toda
la atención de sus padres, familiares y conocidos iba dirigida a su nueva
hermana. Él lo odiaba, ya que hasta entonces siempre había sido el centro de
atención y de cuidado. Durante los primeros meses de vida de Teresa, José Luis
no paraba de hacer travesuras para llamar la atención. Las pocas veces que lo
conseguía se llevaba una buena bronca de sus padres. Con el paso del tiempo,
desistió y se acabó acostumbrando a que no todo girase a su alrededor. Tarde o
temprano debía hacerlo, ya que en la familia acabarían siendo cinco hijos en
total, con dos años de diferencia entre cada uno. Eran él, Teresa, Emilio
(conocido como “Uco”), Fernando (“Nando”) y María del Carmen.
Poco después del nacimiento de Teresa comenzó
algo que se marcaría en la historia de España y en la memoria de José Luis, la
Guerra Civil.
Duró tres angustiosos años, aunque se les pasaron
como décadas. Los días se volvieron oscuros, parecía que el sol no iba a salir.
El ruido de los pájaros cantando y las hojas de los árboles moviéndose se
cambió por el atronador sonido de los aviones. Casi nadie salía a la calle, ya
no se veía a los niños corriendo y jugando, los pocos coches que pasaban por la
carretera eran militares o camiones con comida para abastecer a las ciudades y
pueblos. La fábrica de los Quijano perdió un gran porcentaje de trabajadores,
porque fueron llamados por el ejército. Ya no llegaba gente de otros lugares,
es más, hubo familias que tuvieron que huir de la comunidad o incluso del país
porque estaban siendo perseguidos por sus ideales.
Se
podría decir que el pueblo entró en una gran depresión.
Un buen texto, sigue así.
ResponderEliminarEL HOMBRE MORADO.
Es una historia muy interesante y bien escrita, muy fácil de leer. Sigue así
ResponderEliminarEstá muy bien escrita y es muy entretenida. Estoy deseando leer el siguiente capítulo.
ResponderEliminarUna historia muy interesante. Perfectamente escrita. Relata de forma muy realista la época de la guerra lo cual le aporta mas valor a este relato. Sigue así.
ResponderEliminarUna historia muy buena,espero el siguiente capitulo.
ResponderEliminarLa historia es muy interesante y entretenido , pero mejor si pusieses menos espacio entre los parrafos , dejas mucha distancia .
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa historia es muy entretenida desde el primer momento. Me gusta la parte en la que escribes las fechas, ya que, me sitúa en la época, como cuando hablas sobre el año 1939.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bien relatado, me ha gustado mucho. Hay veces que dejas demasiado espacio entre párrafos y sería mejor que separases los capítulos, si no no se sabe si estás comentando el primer o el segundo capítulo.
ResponderEliminarPrimer capítulo: muy interesante como describes lo bueno y lo malo que les pasa me ha gustado mucho como relatas lo que ocurre dentro de la casona
ResponderEliminarSegundo capítulo: me ha gustado mucho. Sobre todo el final en el que relatas los estragos de la guerra pero me ha liado un poco con las dos Teresas
ResponderEliminarTengo ganas de leer el siguiente, se hace ameno y no es costoso de leer. Describes bien lo difícil que era vivir en esa época.
ResponderEliminaresta muy bien escrita y me ha gustado mucho, pero te ha pasado igual que a mi, has dejado mucho espacio entre algunos párrafos
ResponderEliminarDesde el cmienzo me ha fascinado ¡sigue así!
ResponderEliminarPrimer capítulo: Me ha parecido muy interesante, aunque dejas demasiado espacio entre párrafos. El que sepas situar de una forma tan realista la época hace que me lo pueda imaginar. me ha encantado sigue así
ResponderEliminar(teniendo en cuenta que no te has dado cuenta y no has separado los capítulos , te escribo la crítica del siguiente aquí)
Segundo capítulo: Ha estado igual de interesante que el anterior , sobretodo la parte del final. Me gustaría que siguieses dando detalles para poder imaginarnos el lugar donde es relatado todo. Con dos Teresas me he liado un poco. A estado genial
Está muy bien escrito y es muy fácil de leer. Me ha gustado mucho. Espero poder leer el siguiente capítulo pronto
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarestá muy bien relatado, estoy ansioso de leer el segundo capítulo.
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