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Mostrando entradas de diciembre, 2017

capítulo 2

Capítulo 2   Uno de los muchos recuerdos que marcarían la infancia de José Luis era el de los bombardeos.     Primero se escuchaba el agudo sonido de las sirenas, que funcionaban cual mensajero del peligro. Las mujeres bajaban a sus hijos en brazos hasta el sótano de la casona, que había sido habilitado como refugio antiaéreo. Los pocos hombres que no habían sido llamados al ejército se quedaban comprobando si quedaba gente en las habitaciones. Poco a poco el sonido de los aviones iba siendo más alto y a la vez espeluznante. Durante unos segundos se hacía el silencio, no se escuchaba ni respirar. De repente el suelo comenzaba a temblar, las paredes se agrietaban, caía polvo del techo, los bebés lloraban y la gente gritaba. Las bombas asolaban el pueblo.   A ojos de Pepe, que tenía tres o cuatro años, eso parecía una simple aventura como muchas otras que vivía en el pueblo, además hizo algún amigo en los refugios.   El tiempo que Maximino pasó en Valencia alistado en el